Nuestra Historia

¡Estás aquí, en una de las fincas más importantes de Aguascalientes!

¡Estás aquí, en una de las fincas más importantes de Aguascalientes!

Construida en 1630 es la tercera finca que fue edificada como casa habitación. La primera de ellas se encontraba en la calle 5 de mayo y perteneció a Don Juan de Montoro, uno de los fundadores de la ciudad, misma que tristemente fue derribada, la segunda de ellas es ahora la Casa de la Cultura.
Aunque tenemos dudas de donde vivieron los también fundadores, Nicolás Ramírez y Pedro González, se especula que tal vez alguno de ellos haya vivido en este hermoso lugar que abarca unos 850 metros de terreno y tiene 550 metros de construcción.
La concepción original del terreno abarcaba desde la esquina de Venustiano Carranza donde esta una tintorería y un café, y del lado de la calle Galeana hasta el templo del Ave María, que según la historia perteneció a la casa y que a finales del siglo XIX o principios del XX se hizo una donación para construir el sacro recinto.
Enmarcada en la plaza de armas por dos espectaculares edificaciones, como son, la Catedral y el Teatro Morelos, la hermosa fachada de Cazona Corzo ha sido testigo silencioso de momentos históricos y de la construcción de estos icónicos emblemas de la ciudad.

El deterioro de la finca era significativo, permaneció deshabitada por los menos durante medio siglo y además su antiguo dueño quiso convertirla en estacionamiento, derribando parte de ella durante las noches, por lo que estaba derruida en un 80%.
Solo quedan visibles en el patio principal de la construcción, una serie de arquerías tradicionales, así como algunas pinturas de cal.
En un esfuerzo conjunto con el INAH, quien nos asesoró en la restauración del lugar, logramos el rescate de este histórico inmueble que ahora se puede apreciar como una casa señorial.
Queremos que recorras sus pasillos, que vivas la indescriptible sensación de caminar en esta antigua finca donde encontrarás siempre algo que atraerá tu atención, recorre sus patios donde aún conservamos un árbol de jacaranda, que tiene su grado de antigüedad calculado con base al grosor del tronco. Recrea momentos en el transcurrir del tiempo y revive las misteriosas leyendas que esta casa tiene para contarte.